Cuentos y Aventuras de Cata
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Mi primer día en el cole
Había una vez…
una bebita hermosa y chiquita llamada Cata,
que con solo 8 meses ya se había convertido en una gran aventurera:
primero se fue a vivir a Dublín, donde aprendió a gatear bajo la lluvia,
y después voló con mamá y papá hasta Nueva York,
la ciudad de los edificios altísimos y las plazas con ardillas. 🗽✨Cuando Cata cumplió un año y medio,
empezó el cole por primera vez.
Era todo nuevo:
nuevos pasillos, nuevas canciones, nuevos juegos…
y una seño muy amable llamada Miss Reyes,
que enseñaba inglés con dibujos, canciones y muchos “very good”. 🎶Pero había algo que Cata sentía que faltaba.
Los días eran entretenidos…
pero los chicos no jugaban entre ellos.
La seño cuidaba, pero no abrazaba.
Y Cata, que era puro amor, buscaba eso:
miradas cómplices,
manitos que se agarran fuerte,
risas que explotan,
abrazos que calientan
el corazón. 💞🌍 Un tiempo después, Cata y su familia volvieron de visita a su ciudad natal.
Y como Cata nunca dejaba de soñar con aventuras,
mamá y papá la anotaron en otro cole para que se siga divirtiendo
con amigos.
Un cole cerquita de casa.
Uno especial.
Uno que pareciera hecho de amor. ✨Llegó el gran día.
Cata tenía dos años.
Se despertó temprano, con sus trencitas despeinadas y su mochila nueva.
Tenía mariposas en la panza.
—Soy valiente… soy valiente… —se repetía, con sus ojitos grandes y curiosos.Pero cuando mamá y papá la dejaron en la puerta,
el miedo apareció como un nubecita gris. ☁️
No conocía a nadie.
No estaba Miss Reyes.
No estaban los compañeros de Nueva York.
Cata se quedó paradita, mirando al piso…
y empezó a llorar, bajito. 💧En ese momento, la magia de su nuevo cole se encendió.
Porque de entre todos los nenes,
apareció una carita dulce con una sonrisa luminosa.
Era Sere,
una nena de rulos brillantes
y corazón gigante.
Sin decir una palabra, Sere caminó despacito,
se puso frente a Cata…
y la abrazó tan fuerte, tan fuerte,
que el corazón de Cata se llenó de sol. ☀️💛Las lágrimas desaparecieron.
Las manitos se entrelazaron.
Y cuando Cata levantó la vista,
vio algo más:
las seños —Anita y Javi—
las miraban con una sonrisa enorme,
con esos brazos siempre abiertos, listos para dar amor.
Anita le acarició la cabecita,
y Javi le limpió la naricita y le dijo al oído:
—Acá todos nos cuidamos con abrazos. 🫶Pronto, todos los demás amigos se acercaron:
Isa, Lauti, Tino, Nacho, Ame, Mia…
Cada uno le regaló un abrazo,
un dibujo,
una carcajada.
Ese cole estaba lleno de manos amigas,
de seños amorosas,
de juegos que seguían más allá del aula:
en la plaza, en la calle, en la casa de alguno. 🌳🏡🎈Y así, ese primer día se convirtió en el verdadero primer día de cole de Cata.
No el de Nueva York, ni el de las clases en inglés…
sino este, con Sere,
con seños dulces,
con risas y amor.
Un cole donde cada día, sin importar la lluvia ni el viento,
había abrazos de bienvenida, canciones que sonaban fuerte,
y amigos que
se quedaban para siempre.Cata nunca volvió a Nueva York.
Su casa y su cole estaban ahí, donde todo había empezado:
donde se animó a llorar, y alguien la abrazó tan fuerte
que le enseñó que
la valentía también es
dejarse querer. 🌈✨💞 Desde ese día, todos los días fueron como el primero:
con Sere, con juegos, con mimos,
y con la certeza de que los mejores amigos se eligen con el corazón.✨ Y colorín colorete,
este cuento de abrazos infinitos…
¡se terminete! 🫂🌈✨🌟🌟🌟
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El esqueleto que no daba miedo
Había una vez…
un esqueleto muy, muy simpático.
Vivía en un rincón escondido del mundo,
donde los esqueletos dormían durante el día
y bailaban de noche.Pero este esqueleto no quería solo bailar.
Soñaba con conocer la ciudad.
Quería ver plazas, casas, autos…
y sobre todo, conocer niños de verdad.
—¡Seguro quieren ser mis amigos! —decía esperanzado.
Pero cada vez que asomaba un pie huesudo…
la gente gritaba:😱 —¡AAAAH! ¡Un esqueleto!
Y salían corriendo como si hubieran visto un fantasma.
—¿Tan feo soy? —se preguntaba él, mirándose los huesitos.Entonces, una noche tuvo una gran idea:
🎃 —¡Voy a salir el día de Halloween!
Ese día todos usan disfraces…
¡y tal vez nadie se asuste!Y así lo hizo.
Se peinó los pocos pelos que tenía (¡ninguno!),
se acomodó los huesos para que no crujieran tanto,
y salió a caminar bajo la luna.🌕 La ciudad estaba llena de luces,
calabazas, telarañas de mentira y chicos disfrazados.
Y justo al pasar por una callecita…
escuchó risas y voces.Era la puerta del cole de Cata.
Estaban allí los amigos:
👧 Cata, 👧 Isa, 👧 Sere, 🧒 Tino y 🧒 Lauti.
Charlaban, reían y jugaban con sus disfraces.Pero cuando vieron al esqueleto…
😱 —¡Miren! —gritó Cata— ¡Un esqueleto de verdad!
—¡Noooo! —gritó Isa.
—¡Qué miedo! —dijo Sere.
—¡Corramos! —dijo Lauti.Y salieron corriendo tan rápido…
que dejaron las mochilas tiradas en la vereda.El esqueleto, confundido, se acercó.
—¿Eh? ¿Se olvidaron esto?
Miró las mochilas. Las agarró con cuidado.
—Tengo que devolvérselas.Y así empezó su aventura por la ciudad.
🔍 Preguntó a todos los que encontró:
—¿Sabes dónde vive Cata?Primero se cruzó con Lito, el encargado.
—Mmm… por allá, pero pregúntale a Rogelio —dijo Lito.
Después fue con Rogelio, que lo mandó a Lucas, el encargado del edificio de Cata.
—¡Sí! —dijo Lucas—. ¡Cata vive en el piso 6! ¡Es mi amiga!📬 El esqueleto tocó timbre,
y con voz amable dijo:
—Hola… ¿Está Cata? Traigo las mochilas de sus amigos.Cata atendió.
🎉 Estaban todos en su casa, en plena fiesta de Halloween.
Al ver al esqueleto desde el portero eléctrico…
¡todos entraron en pánico!—¡No bajes! —dijo Sere.
—¡Tengo miedo! —dijo Ame.
—¡Y si es malo! —dijo Isa.Pero Cata los miró a todos con decisión:
—¡Voy a bajar con mi mamá y mi papá!
No tengan miedo. No todos los esqueletos son malos.Cata bajó con su mamá tomada de la mano.
Al llegar a la puerta, vio al esqueleto con las mochilas.—¿Sos vos el que nos siguió para devolver esto?
—Sí… No quiero asustar a nadie. Solo…
quería conocer la ciudad.Cata lo miró con ternura.
—Gracias, esqueleto. ¡Sos re bueno!
¿Te puedo dar un abrazo?—¿En serio? —dijo el esqueleto.
—¡Claro!Y cuando Cata lo abrazó…
💥 ¡CLICK! ¡CLACK! ¡CRASH!
¡Se le cayeron todos los huesos!—¡Ay no! —gritó Cata— ¿Te rompí?
Pero el esqueleto se reía a carcajadas:
—¡JAJAJA! No pasa nada. Me pasa todo el tiempo.—¿Queres que te ayude a ponerte los huesitos?
—¡Sí, por favor!🧩 Cata se puso manos a la obra.
Colocó cada hueso en su lugar:
las costillas, las rodillas, los deditos de los pies.
—¡Listo! —dijo, orgullosa.Y se abrazaron otra vez… suavecito esta vez.
Cuando Cata subió a casa,
todos estaban escondidos bajo mantas y sillones.
—¡Salgan! —dijo—.
Mi nuevo amigo es muy bueno, y súper divertido.Uno por uno, fueron saliendo.
Cata les contó todo,
y al rato ya estaban todos abrazando al esqueleto.Y entonces jugaron…
🌌 ¡a las escondidas en la oscuridad!
🎵 Bailaron con huesitos sueltos,
🍬 comieron caramelos,
💬 y aprendieron que no hay que juzgar por la apariencia.—Gracias, Cata —dijo Sere—.
Vos me enseñaste a ser valiente. ¡Te quiero mucho!Y desde ese día…
cada Halloween tenía un invitado especial:
💀 el esqueleto que no daba miedo.Y colorín colorete,
este cuento de amistad verdadera… ¡se terminete!🌟🌟🌟
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Cata y el Cabildo Encantado
Había una vez…
una niña muy curiosa llamada Cata,
que vivía en un mundo lleno de preguntas, juegos y descubrimientos.Un día, en el colegio, la seño habló de una fecha muy especial:
el 25 de mayo,
cuando en Argentina comenzó algo mágico llamado libertad.
Hablaron de caballeros con galera, de peinetones, de aguateras, de vendedores ambulantes,
y sobre todo… del Cabildo,
¡un edificio tan viejo como los cuentos, pero que todavía existe en el año 2025!—¡Yo quiero conocer ese lugar mágico! —dijo Cata con los ojos bien abiertos.
Así que el 1 de junio de 2025,
con el corazón lleno de emoción,
Cata, Feli, mamá y papá emprendieron una gran aventura por la ciudad de Buenos Aires.🌞 El día amaneció brillante.
Se cambiaron de ropa con alegría, jugaron un ratito en casa,
y bajaron a desayunar algo rico para juntar energía de exploradores.Luego, partieron hacia un destino emocionante: ¡el subte!
Cata nunca había viajado en subte,
y cuando bajaron en la estación Olleros y se metieron debajo de la tierra,
su corazón latía como un tambor de desfile.—¡Vamos al Cabildo! —decía, mientras Feli se dormía tranquila,
acunada por el traqueteo del tren.🚇 Al llegar a la estación Catedral,
salieron de las entrañas de la ciudad y ¡plum!
se encontraron con un paisaje lleno de historias y banderas.—¡Mira, Cata! —dijo papá—
¡Allá está la Casa Rosada!
¡Y allá… el Cabildo encantado!Cata lo miró con la boca abierta.
¡Era blanco y antiguo, con ventanas que hablaban de otro tiempo!Se sacaron fotos, saludaron a los granaderos,
y entraron a ese lugar que parecía detener el tiempo al grito de:
—¡Viva la Patria!Por dentro, el Cabildo tenía rincones mágicos,
balcones con secretos,
salas con susurros del pasado,
y pisos de madera que contaban historias.Mientras mamá y Feli esperaban en el patio bajo el sol dorado,
papá y Cata exploraban las salas donde los cochecitos no podían entrar.
En cada rincón, Cata hacía caras graciosas,
y en cada foto, parecía que la historia cobraba vida.Antes de salir, compraron un recuerdo especial:
Cata eligió un abanico que abría con estilo, como una gran dama de 1810.En la Plaza de Mayo, hicieron un descanso.
Feli tenía hambre y papá le dio la meme,
mientras mamá y Cata fueron a explorar la entrada de la Casa Rosada.Pero la aventura no terminaba ahí…
—¡Vamos a la Fragata Sarmiento! —anunció papá.⚓ En Puerto Madero, una gran barco antiguo flotaba como si aún viajara por mares secretos.
Subieron a bordo y Cata corrió por los camarotes,
tocando las puertas y jugando a ser Ana buscando a su hermana:—¿Elsa, estás ahí?
¿Y si hacemos un muñeco…?Elsa no contestaba, pero la imaginación de Cata, mamá y papá respondía en cada risa.
Recorrieron todos los rincones, hasta que el hambre volvió a aparecer a todos.🍝 Almorzaron unas pastas riquísimas,
y después, de nuevo al subte,
rumbo a casa con el corazón lleno de emociones.🛁 Ya en casa, mientras mamá se bañaba,
papá y Cata inventaron una canción con instrumentos locos y una coreografía increíble,
saltando con capas de superhéroes y gritando:—¡Pi ca power!
Mamá y Feli no tardaron en sumarse al baile final.
Y como en toda buena historia, después del baile… llegó el sueño.Esa noche, todos durmieron profundamente,
mientras Cata soñaba con balcones antiguos, barcos mágicos y capas que volaban por el cielo.Porque al día siguiente, había que volver al cole,
¡y contarle a la seño Lula y a los amigos la aventura del Cabildo encantado!✨ Y colorín colorete, este cuento de
aventuras por el Cabildo,
¡se terminete!
🌟🌟🌟