🍪 33. La merienda de los recuerdos

Un cuento de abuelos, primos y un calorcito especial

Había una vez…
una tarde fría en Cipolletti.
El viento soplaba fuerte,
pero en la casa del abuelo Héctor y la abuela Alicia siempre había calor.

En la mesa del comedor ya estaba todo listo:
mate para los grandes,
leche con cacao para los chicos,
y una torre de galletitas caseras que perfumaban la casa entera. 🍪🥛

—¡A merendar! —llamó la abuela Alicia, con su sonrisa de siempre.
Cata 💖 se sentó junto a sus primos Meme y Eliseo,
mientras Feli 🌼 trepaba a su sillita sola, orgullosa de poder hacerlo sin ayuda.

🌟 La tetera mágica

Sobre la mesa había una tetera antigua que el abuelo Héctor había encontrado en un baúl.
—Pertenece a nuestra familia desde hace mucho —explicó.
—Dicen que guarda recuerdos… pero yo nunca lo comprobé.

Cata, curiosa, se inclinó y la tocó.
De pronto, la tetera empezó a brillar suavemente. ✨💫
Un vapor tibio salió de su pico y se transformó en imágenes que flotaban en el aire.

🧩 Recuerdos vivos

Primero apareció un recuerdo de cuando Cata era bebé,
gateando en el living mientras la tía Agus tocaba música. 🎶

Después, un recuerdo de Meme aprendiendo a andar en bici con ayuda del abuelo. 🚲
—¡Ese día me caí cinco veces! —rió Meme, mientras la imagen se repetía.

Eliseo señaló otra nube de vapor:
—¡Ese soy yo disfrazado de superhéroe! 🦸‍♂️
Todos rieron al verlo volando con una capa hecha de sábana.

Finalmente, apareció Feli, mucho más chiquita,
dando sus primeros pasos entre aplausos de toda la familia. 🌼👏
—¡Mía! —dijo Feli señalándose con orgullo.

💞 El descubrimiento

—¡La tetera guarda nuestros recuerdos! —dijo Cata emocionada.
El abuelo Héctor asintió.
—Porque cada merienda juntos es un momento mágico que no se olvida.

La abuela Alicia sirvió galletas y agregó:
—Los objetos pueden perderse,
pero lo que vivimos en familia se queda para siempre en el corazón.

🎉 Una merienda diferente

De pronto, Nufi ☁️ bajó desde la ventana disfrazado de taza gigante. ☁️☕
—¡Yo también quiero merienda! —dijo entre risas.
Todos aplaudieron, y Feli le dio una galletita que se volvió nube dulce en sus manos.

La mesa estalló en carcajadas,
y hasta Cruco y Chispa, que vigilaban desde afuera,
se unieron al calorcito de la merienda.

🌙 El regreso a la calma

Cuando el sol se escondió, la tetera volvió a apagarse.
Pero todos sabían que no hacía falta magia para guardar esos recuerdos:
los abrazos, las risas y el amor de esa tarde ya estaban grabados en cada uno.

Cata abrazó fuerte a Feli.
—¿Viste, hermanita? Los recuerdos más lindos se guardan en familia.
—¡Sí! —respondió Feli, con migas de galleta en la boca.

🍪✨ Y colorín colorete,
esta merienda de recuerdos mágicos… ¡se terminete! 🏡💖

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