🚇 46. El subte mágico de Buenos Aires
Un cuento de viajes escondidos bajo la ciudad
Había una vez…
una mañana en que Cata 💖 y Feli 🌼 viajaban con mamá en el subte de Buenos Aires.
El vagón estaba lleno de gente, ruidos y anuncios,
pero de pronto, una puerta distinta apareció al fondo:
era dorada, con estrellas grabadas en los bordes. 🌟🚪
Chispa ✨ bajó revoloteando sobre sus cabezas.
—Esa puerta lleva al Subte Mágico, un recorrido secreto que casi nadie conoce.
—¡Vamos! —dijo Cata con ojos brillosos.
Feli corrió tambaleante, señalando:
—¡Puerta luz! 🌼
🌟 El vagón encantado
Cuando entraron, descubrieron que no era un vagón común:
los asientos eran almohadas blanditas ☁️,
las luces eran luciérnagas volando 💡,
y los mapas de la línea mostraban mundos mágicos en lugar de estaciones.
El cartel anunciaba:
Próxima parada: Plaza de las Estatuas que Bailan.
🕺 La plaza de las estatuas
El subte se detuvo,
y al salir encontraron una plaza llena de estatuas grises…
hasta que comenzó a sonar una música suave. 🎶
Las estatuas se movieron, bailando tango, chacarera y hasta rock and roll.
Feli imitó sus pasos, riendo:
—¡Yo bailo! 🌼💃
Cata la tomó de la mano y ambas giraron entre estatuas felices.
🌊 El río subterráneo
Volvieron al subte y el cartel cambió:
Próxima parada: Río de los Barquitos de Papel.
El vagón se convirtió en una balsa,
y navegaron sobre un río subterráneo lleno de barquitos que brillaban en la oscuridad.
Nufi ☁️ se subió a uno y gritó:
—¡Soy capitán nube! 🚢☁️
Cruco 🦁 rugió y su rugido se convirtió en motor para avanzar más rápido.
🔥 El mercado de fuegos de colores
En la siguiente parada, Rojuela 👑 sonrió emocionada.
Era un mercado subterráneo donde los vendedores ofrecían antorchas de mil colores.
Había fuego azul para iluminar,
fuego verde para cocinar,
y fuego dorado para abrazar. 🔥🌈
Rojuela tomó una chispa roja y la convirtió en un corazón de luz,
que entregó a Feli.
—Para que siempre tengas calorcito, pequeñita.
💞 El regreso
Finalmente, el cartel del subte anunció:
Última parada: Casa.
El vagón se fue transformando en un subte normal.
Las luces mágicas se apagaron,
y la puerta dorada desapareció.
Cata miró a Feli y dijo:
—Hoy viajamos por un subte que nadie más conoce.
Feli sonrió, abrazando su corazón de fuego.
—¡Mágico! 🌼✨
Mamá las miró con ternura, aunque sabía bien lo que había pasado.
Y mientras el subte avanzaba por debajo de la ciudad,
en sus corazones quedaba el recuerdo de un viaje secreto que brillaría por siempre.
🚇✨ Y colorín colorete,
este cuento de subtes mágicos… ¡se terminete!