🌈 5. El primer viaje de colores

Había una vez…
una noche que olía a mandarina y a lluvia fresca.
La ventana de Cata 💖 estaba abierta, y el cielo, todavía húmedo, guardaba un secreto:
muy alto, entre nubes de algodón, el arcoíris no se había ido… solo estaba esperando.

—¿Estás ahí, Chispa? —susurró Cata.
La estrellita inquieta respondió con un destello turquesa y una sonrisa cálida. ✨
—Siempre —dijo—. ¿Te animás a una aventura?
—¡Sí! Quiero entrar a un arcoíris y conocer sus colores por dentro.

Chispa hizo un guiño y se transformó en un tobogán de luz que nacía en el borde de la ventana.
—Subí —cantó—. Hoy el cielo tiene música.

Cata respiró hondo, se acomodó el amuleto y… ¡fiummm!
Se deslizó con Chispa por una curva roja, luego por una ola naranja, después por un rayo amarillo.
El aire sabía a durazno 🍑, a limón 🍋, a pastito recién cortado 🌿.
—Esto… ¡es increíble! —reía Cata—. Siento colores en la panza.

Atravesaron una puerta de luz y cayeron —con un plop suave— en un valle arcoíris:
el cielo era violeta y cambiaba a azul; el suelo, verde esmeralda; los árboles, de troncos naranjas;
y un río amarillo brillaba como una cinta dorada. Todo vibraba como una canción.

🎶 El pueblo de los colores

—Bienvenidas —retumbó una voz roja y profunda, como un bombo de murga. 🥁
—Hola, hola —canturreó otra, naranja, redonda y risueña, como un trompo que no para.
—¡Luz, luz! —tronó el amarillo, brillante como trompeta. 🎺
—Shhh… escuchen —susurró azul, suave como olas. 🌊
—Yo puedo pintar el silencio —dijo violeta, misteriosa y dulce.
—Y yo soy verde, carcajada de hojas y patitas de rana —saltó una voz con sabor a bosque. 🐸

Cata abrió grande los ojos.
—¿Los colores… hablan?
—¡Claro! —se rió Chispa—. Cada color tiene su voz.
Y a Cata se le ocurrió palpar el aire, como si tocara una orquesta invisible.
—Rojo suena a tum, naranja a tan, amarillo a tin, verde a trin, azul a shú, violeta a hum…

Los colores aplaudieron (con confeti que no caía, flotaba). 🎉

🎡 El problema: una fiesta sin orden

—Hoy celebramos el Desfile de Arco —anunció Rojo—,
pero… —bajó la voz— estamos un poquito desordenados.
—¡Poquitito! —rió Naranja.
—Muchito —corrigió Azul, haciendo ondas en el aire—.
—El desfile no arranca porque cada color quiere cantar primero —explicó Violeta—.
—Y sin desfile, la Puerta de Regreso no se abre —dijo Verde, tocando con su dedo hoja una piedra con forma de arco.

Cata miró a Chispa.
—No está roto, solo está desacompasado —dijo la estrellita—.
—Entonces… —pensó Cata, con brillo en los ojos— probemos con algo nuevo.

🪄 La idea de Cata (y la batuta de Chispa)

—Si cada color tiene una voz, armemos una canción —propuso Cata—.
No todos a la vez, sino en turnos.
Un ratito Rojo, después Naranja, luego Amarillo… y así hasta volver al principio.
—¡Como una ronda! —saltó Verde.
—Como una ola —sonrió Azul.
—Como un secreto que se cuenta en susurros —musitó Violeta.

Chispa, contenta, se transformó en una batuta de luz con puntita destellante. ✨
—Yo marco el pulso —dijo—. Ustedes siguen el ritmo.

Cata se puso de pie en una piedra redonda y guiñó a los colores:
—A mi señal, hacemos la Coreo del Arco.
(Para quien escucha este cuento: podés acompañar con palmas 😉).

—¡Va! —gritó Cata.
Rojo: TUM… tum… (palmas fuertes)
Naranja: tan–tan–tan (pasitos cortos)
Amarillo: TIN! (saltito y sonrisa)
Verde: trin–trin (risitas y hombros)
Azul: shúúú (brazos que hacen olas)
Violeta: hum… (susurro que hace cosquillas en el cuello)

El valle vibró. El suelo se volvió tambor. El cielo, melodía.

🧪 La magia de mezclar

—Ahora —dijo Cata— vamos a probar duetos.
Rojo miró a Amarillo. TUM + TIN = ¡NARANJA!
—¡Soy yo! —se rió Naranja, apareciendo como un caramelo de sol. 🍬

Azul guiñó a Amarillo. shú + TIN = ¡VERDE!
—¡Aquí! —saltó Verde, con perfume a hojas mojadas.

Rojo se inclinó hacia Azul. TUM + shú = ¡VIOLETA!
—Y yo —susurró Violeta—, como un atardecer que canta bajito.

Cada mezcla dibujaba en el aire una senda nueva
y el Desfile de Arco comenzó solo, despacito, como empieza la lluvia fina:
primero una gota, después otra, y de repente… ¡la fiesta entera!

🎊 El Desfile de Arco

Cata, con la batuta de Chispa marcando el compás, condujo la comparsa:
Rojo abrió camino con banderines en forma de corazón ❤️;
Naranja siguió haciendo molinitos que giraban sin viento 🌀;
Amarillo encendió faroles que olían a limón y pan recién hecho 🥖;
Verde plantó risas que brotaban como tréboles 🍀;
Azul soltó pompas que tenían dentro pequeños mares 🌊;
Violeta envolvió todo en un lazo perfumado a lavanda 💜.

La Puerta de Regreso —una gran piedra arco con runas de luz—
se encendió despacito, color por color, hasta brillar completa.
—Funciona cuando tocan juntos —susurró Azul.
—Cuando se escuchan —dijo Violeta.
—Cuando comparten —añadió Amarillo.
—Cuando cada uno brilla en su momento —cerró Rojo, con voz de bombo feliz.

🎁 Los regalos del arcoíris

Antes de despedirse, cada color le dio a Cata un recuerdo:
Rojo le regaló un latido valiente (para cuando sienta cosquillitas de miedo).
Naranja, una risa tibia (para días de poca pila).
Amarillo, un rayito en el bolsillo (para iluminar a quien lo necesite).
Verde, una hojita eterna (para acordarse de jugar).
Azul, una nota de mar en un frasquito (para escuchar calma).
Violeta, un susurro de sueño bonito (para dormirse con historias).

Chispa volvió a forma de estrellita y se acercó a Cata.
—Hoy aprendimos un secreto distinto —dijo—:
no se trata de “arreglar” nada, sino de encontrar el ritmo juntos.
Cata la abrazó.

🏡 De regreso a casa

Atravesaron la Puerta y el tobogán de luz las dejó de vuelta en la ventana.
La habitación estaba a oscuras, pero el rayito amarillo en el bolsillo de Cata
encendió una luz chiquita, contenta.
Cata apoyó la “nota de mar” junto a su cama;
esa noche, el sueño le trajo olas, risas verdes y un cielo violeta que cantaba.

Desde muy, muy alto, el arcoíris hizo una reverencia.
Y en algún lugar de nubes, alguien —que parecía una nubecita traviesa—
soltó confeti sin motivo, solo por alegría.

Y colorín colorete,
este cuento de colores, ritmo y amistad… ¡se terminete! 🌈💕